¡Seguro!
Otro blog de libros, literatura, letras empolvadas, estrambóticas y
marginales, diarios de una vida vulgar y corriente, chistes que huelen a genios
que solo los conoce su propia madre, un huracán en la blogósfera de los
Cicerones de quinta categoría, una travesura del pícaro escribiente de cartas
románticas, todas devueltas, por su ruina estética, hacia el mismo tonto que prescribe y envía a su jovencita pretendida.
Otro tonto que malgasta su tiempo productivo
repiqueteando las teclas en una guarida indómita de los suburbios alejandrinos de la desdicha y los madrigales.
Pero, para
que lean, y no se sientan defraudados, hay algo nuevo, interesante, casi un reto personal, acaso.
Nosotros, los perdedores amateurs, estamos cansados de las letras ilustres. Nos harta la ficción literaria que ve un bonsái donde solo hay maleza.
Estamos hartos de la fachada del lenguaje
cuyas intenciones recubren su verdadera intención de gratificaciones monetarias, publicistas, o los sencillos
lameculos que se alborotan al lado de las piñatas.
Bueno, aquí no hay piñatas, porque no hay
éxito, no hay nada ilustre, son los apuntes de un perdedor amateur, y, aún ya esto
es una camisa demasiado grande, como para que la use quien no se estrella
contra la noche y el vacío de las no gratificaciones personales.
Ni siquiera llegamos a pobre diablo, porque ese
diablillo del fracaso es el último dandi de
la sociedad pequeño burguesa, el opuesto romántico de aquellos que por
falta de huevos o por no ser lo suficientemente hijos de puta, fueron
desplazados por la élite a sus comidillas
de taller literario donde los
otros lameculos diablillos opuestos del fracaso, se lustran unos a otros sus letras ilustres sin sangre.
Disculpen la cacofonía, es intencional.
Aunque, al final, este pedazo de blog no
difiere en absolutamente nada a eso, salvo, recuerdo nuevamente, las no
gratificaciones, de ningún tipo.
¡Que aquí nadie actúe como si tomara café con Verlaine en París!
O, como si estuviera en viaje de estación hacia
el centro de la noche con Celine o, como
si caminara con Neruda y García Lorca por las calles de Buenos Aires con el cuchillo verde y dando
gritos.
¡Aquí no tenemos aspiraciones tan vulgares como
las de llegar a representar una letra que no nos pertenece!
Eso es de escritores modernos, no de aprendices
de perdedor.
Ese es el itinerario de
los pervertidos de la letra y el signo.
Por eso, lector enfermo de recorrer blogs y letras por
esquinas y esquinas ilustres, has
encontrado el cuartel que no reclama
nada, sino su propia naturaleza
fracasada, y nunca, advierte la
presencia ridícula de sus opuestos,
salvo para acentuar el derecho a su propio oprobio.
Somos perdedores
con ganas y estilo, quienes no pueden publicar en el periódico, en las revistas de corte y moda, y ni siquiera
en las antologías de editoriales de tercera categoría.
No tenemos vínculos con la sociedad de letras,
ni gustos por las
recepciones de vino y cerveza gratis, proporcionados para que algún
pendejo, que trabaja a 6 por 8 en alguna
oficina, se sienta gurú de la próxima generación literaria.
Así, nosotros, estamos en la quinta categoría, si es que la suerte y el destino glorioso nos
reservan alguna.
Pero, ¿qué piensas, agudo lector?
No, no somos rebeldes por derecho propio, únicamente
como lo decía el judío, somos una consecuencia de la deformación del espacio
tiempo.
Somos perdedores.
Esto es el apunte de un perdedor amateur en su
máxima expresión y gloria, la esterilidad de su semilla.
Todo aquel que no haya empezado a bregar
en medio de la catarsis de un
esfuerzo inútil no comprenderá nunca que
no brega por su vida, sino porque, no tiene delante de sí, ninguna otra opción.
En este blog no hay nada que pueda ser vendido,
y eliminando la recompensa como
gratificación, no podemos traficar influencias, ni literarias, ni de ningún
tipo, ni actuar como un náufrago que decide sus opciones entre las olas del océano.
Todo aquí está hecho para la letra, mejor
dicho, la letra aquí está hecha para la
nada.
¿Qué sería la letra si quisiera alcanzar la letra?
La pregunta es retórica, pero la respuesta que
busca es best seller.
(Risitas)
En la letra sin lustre la letra aborda la nada
o es la nada, y lo único que puede campear
su existencia, es el matiz de perdedor.
Tenía razón el inglés, o uno de
sus traductores, es un dilema.
Bien, lector, estos serán los apuntes de un
perdedor, algunos renglones posesos que albergarán recetas para un cóctel de
fracasos.
Ahora me iré a tomar aire, no como Don Quijote,
porque no estoy para hacer turismo, si
no por puro apetito físico, esto de leer
trae consigo todo tipo de enfermedades metabólicas y pocos se dan cuenta de que
hay que levantar el trasero de vez en cuando.
Por cierto, soy ciego, no que importe a la letra, pero cualquier reclamo
compréndeme que no te puedo ver, ni
siquiera ante réplicas airadas, a los ojos. Así
disculpa, como comprenderás, la a sintonía visual del blog, y sobre esto será por mucho la única
disculpa de esta disidencia literaria.
Lector impertérrito, siéntate y escribe la letra conmigo, la letra
sin lustre y el whisky sin soda, y conforme avanza nuestro viaje, échale otra letra al whisky, u otro
whisky a la letra, que es lo mismo, pero sin lustre.
jejeje, tienes buena redacción, lleno de palabras bonitas y de expreciones de escritor que una de 2 oviaja mucho, o lee todo o casi todo. jejejee, así que me suscribiré, y leeré en mis días melancólicos tus letras, para justificar mis actos, o para acompañarte en pensamiento. hasta entonces.
ResponderBorrarAcá te espera la posada del fracaso, no vengas a menudo, porque te puedes acostumbrar a lo gratis y a la derrota.
Borrarjajaj.
Haz arrancado bien el desarraigo por lo visible, haz destrozado bien pretensiones de 6 a 8 después de las 10pm, no te detengas que yo tampoco lo haré...
ResponderBorrarDesarraigo es uno de mis tantos nombres.
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