lunes, 25 de enero de 2016

Pequeña nota en la senda de un perdedor



¡Seguro!  Otro blog de libros, literatura, letras empolvadas, estrambóticas y marginales, diarios de una vida vulgar y corriente, chistes que huelen a genios que solo los conoce su propia madre, un huracán en la blogósfera de los Cicerones de quinta categoría, una travesura del pícaro escribiente de cartas románticas, todas devueltas, por su ruina estética, hacia el mismo  tonto que  prescribe y  envía a su jovencita pretendida.
Otro tonto que malgasta su tiempo productivo repiqueteando las teclas en una guarida indómita de los suburbios alejandrinos  de la desdicha y los madrigales.

Pero, para  que lean, y no se sientan defraudados, hay algo nuevo, interesante,  casi un reto personal, acaso.

Nosotros, los perdedores amateurs, estamos  cansados de las letras ilustres.  Nos harta la ficción literaria que  ve un bonsái donde solo hay maleza.
Estamos hartos de la fachada   del lenguaje  cuyas intenciones recubren su verdadera intención de  gratificaciones  monetarias, publicistas, o los sencillos lameculos que  se alborotan al lado  de las piñatas.
Bueno, aquí no hay piñatas, porque no hay éxito, no hay nada ilustre, son los apuntes de un perdedor amateur, y, aún ya esto es una camisa demasiado grande, como para que la use quien no se estrella contra la noche y el vacío de las no gratificaciones personales.
Ni  siquiera llegamos a pobre diablo, porque ese diablillo del fracaso es el último dandi de  la sociedad pequeño burguesa, el opuesto romántico de aquellos que por falta de huevos o por no ser lo suficientemente hijos de puta, fueron desplazados por la élite a sus comidillas  de taller literario  donde los otros lameculos diablillos opuestos del fracaso, se lustran unos a otros  sus letras ilustres sin sangre.
Disculpen la cacofonía, es intencional.

Aunque, al final, este pedazo de blog no difiere en absolutamente nada a eso, salvo, recuerdo nuevamente, las no gratificaciones, de ningún tipo.

¡Que aquí nadie actúe como si   tomara café con Verlaine en París!
O, como si estuviera en viaje de estación hacia el centro de la noche con  Celine o, como si caminara con Neruda y García Lorca por las calles de  Buenos Aires con el cuchillo verde y dando gritos.

¡Aquí no tenemos aspiraciones tan vulgares como las de llegar a representar una letra que no nos pertenece!
Eso es de escritores modernos, no de aprendices de perdedor.
Ese es el itinerario   de  los pervertidos de la letra y el signo.

Por eso, lector   enfermo de recorrer blogs y letras por esquinas y esquinas  ilustres, has encontrado  el cuartel que no reclama nada, sino su propia  naturaleza fracasada, y nunca,  advierte la presencia ridícula  de sus opuestos, salvo para  acentuar  el derecho  a su propio oprobio.

Somos  perdedores con  ganas y  estilo, quienes no pueden publicar  en el periódico,  en las revistas de corte y moda, y ni siquiera en las antologías  de editoriales  de tercera categoría.
No tenemos vínculos con la sociedad de letras, ni gustos  por  las  recepciones de vino y cerveza gratis, proporcionados para que algún pendejo, que trabaja a 6 por 8  en alguna oficina,  se sienta  gurú de la próxima generación literaria.

Así, nosotros, estamos en la quinta categoría,  si es que la suerte y el destino glorioso nos reservan alguna.

Pero, ¿qué piensas, agudo lector?
No, no somos rebeldes por derecho propio, únicamente como lo decía el judío, somos una consecuencia de la deformación del espacio tiempo.
Somos perdedores.
Esto es el apunte de un perdedor amateur en su máxima expresión y gloria, la esterilidad de su semilla.
Todo aquel que no haya empezado a  bregar    en  medio de la catarsis de un esfuerzo inútil  no comprenderá nunca que no brega por su vida, sino porque, no tiene delante de sí,  ninguna otra opción.

En este blog no hay nada que pueda ser vendido, y eliminando la recompensa  como gratificación, no podemos traficar influencias, ni literarias, ni de ningún tipo, ni actuar como un náufrago que decide sus opciones  entre las olas del océano.
Todo aquí está hecho para la letra, mejor dicho, la letra aquí está hecha para la  nada.
¿Qué sería la letra si quisiera alcanzar  la letra?
La pregunta es retórica, pero la respuesta que busca es best seller.

(Risitas)

En la letra sin lustre la letra aborda la nada o es la nada, y lo único que puede campear  su existencia, es el matiz de perdedor.  Tenía razón el inglés,  o uno de sus traductores,  es un dilema.

Bien, lector, estos serán los apuntes de un perdedor, algunos renglones posesos que albergarán recetas para un cóctel de fracasos.
Ahora me iré a tomar aire, no como Don Quijote, porque no estoy  para hacer turismo, si no por  puro apetito físico, esto de leer trae consigo todo tipo de enfermedades metabólicas y pocos se dan cuenta de que hay que levantar el trasero de vez en cuando.

Por cierto, soy ciego, no que  importe a la letra, pero cualquier reclamo compréndeme que no te puedo ver,  ni siquiera ante   réplicas airadas, a los ojos.  Así  disculpa, como comprenderás, la a sintonía visual  del blog, y sobre esto será por mucho la única disculpa  de  esta disidencia literaria.

Lector  impertérrito,  siéntate y escribe la letra conmigo, la letra sin lustre y el whisky sin soda, y conforme avanza nuestro   viaje, échale otra letra al whisky, u otro whisky a la letra, que es lo mismo, pero sin lustre.


4 comentarios:

  1. jejeje, tienes buena redacción, lleno de palabras bonitas y de expreciones de escritor que una de 2 oviaja mucho, o lee todo o casi todo. jejejee, así que me suscribiré, y leeré en mis días melancólicos tus letras, para justificar mis actos, o para acompañarte en pensamiento. hasta entonces.

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    1. Acá te espera la posada del fracaso, no vengas a menudo, porque te puedes acostumbrar a lo gratis y a la derrota.
      jajaj.

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  2. Haz arrancado bien el desarraigo por lo visible, haz destrozado bien pretensiones de 6 a 8 después de las 10pm, no te detengas que yo tampoco lo haré...

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